|
Río de la Plata en bajada, Zona Norte, principios del Siglo XX
|
Por Juan Del Pino (miembro Asamblea Bosque Alegre)
El 13
de marzo de 1973, mediante el decreto 280, se creaba en la Municipalidad de San
Isidro el “Balneario
Municipal Bosque Alegre”. El mismo se situaba sobre la Ribera
del Río de la Plata, en el terreno conformado por la propia ribera, la Avenida
El Fomentista, y la resultante de las prolongaciones hasta el río de las calles
Los Sauces y Roque Sáenz Peña. Con una superficie aproximada de ocho hectáreas,
tenía “por fundamental propósito asegurar a la población un acceso
amplio a la costa del Río de la Plata, sin limitación alguna y gratuitamente”.
Entre
los considerandos de dicha creación figuraba el hecho de que “numerosos grupos
familiares” ya utilizaban el terreno, “dada su acogedora
zona boscosa que en
este lugar bordea la costa”, que el mismo era considerado un “lugar de sano
esparcimiento en la época estival” y que “el nombre de ‘Bosque Alegre’ corresponde al evocativo
recuerdo de la famosa costa ribereña, preferida de varias generaciones de
familias en el siglo pasado y comienzo del presente”.
Durante
el mandato de la última dictadura de nuestro país, se prohibió el nado en el
Río de la Plata por considerar que la contaminación del agua era riesgosa para
la salud. En marzo de 1977, Rodolfo Walsh, con talentosa sencillez opinó al respecto en la Carta Abierta a la Junta Militar, carta en la que quedarían inmortalizadas sus últimas palabras públicas antes de ser desaparecido, y en la que decía, entre otras cosas, lo siguiente:
|
Río de la Plata, Zona Norte, década del 80´
|
“el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe”.
Así es,
en vez de cuidar el agua y sancionar a quienes contaminaban, se prohibió
disfrutar de la costa ribereña. En vez de hacer que quienes más tenían se
responsabilizaran por los daños socio-ambientales que realizaban, se les quitó,
a quienes menos tenían, la única posibilidad de disfrutar de
una costa, y se les robó a todos una
inmensa parcela de espacio público: el Río de la Plata. Esa
injusticia sigue en pie, ese legado continúa, esos derechos fueron también
robados a nuestras generaciones y las futuras, a menos, claro, que decidamos
hacernos cargo.
El Río
de la Plata podría volver a ser
un hermoso lugar de esparcimiento para todos, sin distinción, y el agua que
tomamos cada día, podría tener menos químicos si, en vez de sancionar a las
mayorías inocentes, se sancionara a quienes a través de la mala práctica
agrícola, industrial, la desidia o la complicidad pública, permiten que nuestro
río se contamine. El Río de la Plata podría volver,
y qué lindo sería, cuanto bien nos haría, a nosotros y a los que vengan, a la
Comunidad.
Aquella
medida, la prohibición de nado, además de obviamente injusta, tuvo como
resultado que las aguas y costas de nuestro querido río estén, desde entonces,
cada vez más contaminadas. Es evidente que cuando se abandona algo, su
estado empeora. Resulta ilógico entonces pensar que el abandono de un
espacio público es la mejor medida para cuidar los intereses de la Comunidad y,
sin embargo, esa medida se ha vuelto una constante desde 1976 hasta el día de
hoy. Es que no es un accionar ilógico, si no que es un accionar que responde a
una lógica determinada, una
lógica que pone los intereses de unos pocos por encima del bienestar general.
El
abandono y la contaminación suelen ser la puerta de entrada para los negocios
inmobiliarios y los favores políticos. Claro ejemplo de esto en nuestro
distrito, San Isidro, son el Viejo Hospital y lo que hoy conocemos como Bosque
Alegre, dos hermosos predios públicos con un enorme potencial comunitario que
fueron abandonados para poder hacer negociados y favores políticos, teniendo
siempre en la mira el interés de unos pocos, y no el bienestar de la comunidad
en su conjunto.
|
La Olla en septiembre 2011
|
¿Será ese mismo el destino del Espigón y La Olla? Otros dos espacios de nuestra costa de gran hermosura y potencial. Públicos, abandonados, en los cuales hoy no podemos ingresar, donde se están realizando obras de cuya finalidad no se nos informa.
Es paradógico, y triste: en lo que hoy llamamos
"La Olla", cuatro décadas atrás se creaba el “Balneario Municipal
Bosque Alegre” del cual empezamos hablando. Hace 40 años tenía “por
fundamental propósito asegurar a la población un acceso amplio a la costa
del Río de la Plata, sin limitación alguna y gratuitamente” ¿Y hoy?
|
La Olla en septiembre 2011
|
|
La Olla en septiembre 2011
|
|
La Olla en septiembre 2011
|
|
Máquinas en La Olla (noviembre 2011)
|
|
La Olla agosto 2012
|
|
La Olla agosto 2012
|
|
La Olla agosto 2012
|