domingo, 14 de octubre de 2012

"La Municipalidad de San Isidro es el Estado y el Estado existe para gestionar el bien común, no para desentenderse."

Entrevistamos al Dr. Luis Sprovieri, abogado del Intituto Polar, para que nos ponga al tanto de las novedades en relación al agua contaminada en Villa Adelina.


¿Cómo llega usted a asumir la defensa de los vecinos de Villa Adelina?
LS: En realidad los vecinos se acercaron en su momento a POLAR (Instituto de Formación en Políticas Argentinas), que es una organización no gubernamental con actuación en la zona norte del conurbano, particularmente en los partidos de Vicente López y San Isidro. Polar es un espacio plural de profesionales jóvenes provenientes de distintas vertientes ideológicas que se dedica, fundamentalmente, a asistir técnicamente a otras ONGs. En Polar hay abogados, sociólogos, publicistas, politólogos, médicos, que advirtieron la necesidad de asistir técnica y profesionalmente a instituciones que están en contacto directo con los vecinos y la comunidad. En lo personal y profesional, me interesan las causas de interés público y alcance colectivo y, desde ahí, asumí con mucho entusiasmo la defensa de la causa del tanque de Villa Adelina.
¿Cuál es el rol que juega en esta historia la Cooperativa Barrio Arca?
Según nos relatan los vecinos, una cooperativa del barrio (Cooperativa Barrio Arca) gestiona desde hace décadas el bombeo de agua desde la napa hasta el tanque comunitario de la calle Rastreador Fournier. Se ocupa también  del mantenimiento de ese equipamiento, que está en estado paupérrimo. Se trata de una cooperativa regularmente constituida pero cuyo funcionamiento efectivo, es decir, con autoridades regularmente constituidas y de actuación comprobable, es por lo menos dudoso.
Cuando empezaron los cuestionamientos sobre la potabilidad del agua, las autoridades de la cooperativa adoptaron una postura insólita. Comenzaron a confundir a los vecinos con información parcial o errada, exhibieron análisis incompletos y se dedicaron a atacar a quienes hacían notar las contradicciones. Por ejemplo, los informes que exhibe la Cooperativa, y que ha acompañado al expediente judicial, se refieren sólo a análisis bacteriológicos. Hasta ahora la Cooperativa nunca ha mostrado análisis de minerales, metales u otros elementos, que constituyen el verdadero problema del agua de Villa Adelina. La presencia de bacterias es de rápida y económica solución. Los otros elementos, en cambio, requieren procesos de potabilización que en algunos casos son costosísimos y que no se justifica adoptar para este universo de usuarios.
Últimamente la cooperativa ha lanzado una campaña de oposición a la solución que propone el municipio por considerarla costosa. Lo que la Cooperativa oculta nuevamente a los vecinos es que la instalación, mantenimiento y operación de una planta potabilizadora para los barrios Arca y Tanque sería muchísimo más costosa que la conexión a la red de AySA.
Y además, la cuestión siempre estuvo teñida de rivalidades y actitudes intimidatorias que hacen pensar que en Villa Adelina está seriamente comprometida la paz social.
En lo personal, no alcanzo a comprender la postura de la Cooperativa Barrio Arca. Tuvo la oportunidad de ponerse al frente del reclamo de los vecinos, liderarlos y legitimarse como representante barrial y la desperdició lamentablemente.
¿Cuál es la posición de la Municipalidad de San Isidro y qué soluciones propone?
Desde un principio advertimos, y así lo sostuvimos ante la Justicia, que el gravísimo problema del agua contaminada en Villa Adelina se enfrentaba con el muro de otra de las consabidas disputas jurisdiccionales que detienen el progreso de los argentinos. En este caso, todas las entidades y estamentos gubernamentales involucrados coinciden en señalar la gravedad del problema pero argumentan que no les corresponde solucionarlo. Así, AySA se excusa por no tener presupuesto asignado para esta obra, los organismos provinciales se desentienden, los entes de contralor federal miran desde muy lejos, y la Municipalidad de San Isidro argumenta una combinación de ambas excusas: no me toca solucionarlo y no tengo dinero para hacerlo.
Por nuestra parte, insistimos en la vigencia del derecho fundamental -con protección constitucional- del acceso al agua potable. En este tema surge bien claro que ante una necesidad tan fundamental surge un derecho, y ese derecho está siendo violado en Villa Adelina.
En la última semana los vecinos de Villa Adelina, con nuestra asistencia, se reunieron con el Secretario de Gobierno de la Municipalidad de San Isidro, Dr. Rivas. Estuvieron presentes también el Secretario de Obras Públicas, Ingeniero García y el Concejal oficialista Pablo Fontanet. En esa reunión la Municipalidad propuso avanzar con la obra de instalación de la red mediante el sistema de contratación por cuenta de terceros. Es decir, que el municipio gestiona una obra que en definitiva pagan los vecinos hoy afectados.
¿Qué piensa usted de esta postura?
Como primera medida, resulta contradictorio sostener que no existe responsabilidad o incumbencia, cuando es el mismo municipio el que reconoce contar con los instrumentos legales necesarios para administrar la obra y llevar agua potable a los vecinos. En verdad, es lamentable que haya que llegar a esta instancia, con una acción judicial en curso, y una considerable movilización vecinal, para llamar la atención del Estado municipal. Nos consta, por documentación a la que tuvimos acceso, que la Municipalidad de San Isidro conoce esta problemática de Villa Adelina desde hace varios años. Hemos dicho en presentaciones judiciales, y lo reiteramos aquí, que el Estado ha estado ausente de Villa Adelina en este tema, como si todo pudiera dejarse librado a la iniciativa privada.
Por otro lado, la solución que propone la Municipalidad de San Isidro es conceptualmente perversa y regresiva. Para que la obra pueda llevarse a cabo bajo esta modalidad, el 65% de los vecinos afectados debe manifestarse de acuerdo. Esto quiere decir que si no se alcanza ese porcentaje, la obra no puede realizarse. En otras palabras, por ejemplo, si un 40 %, por desconocimiento o por cualquier otro motivo, decide no votar a favor de la obra, podría imponerle al 60% restante que se siga envenenando al ingerir solventes o nitratos que son, entre otras, las sustancias presentes en el agua de Villa Adelina. Indudablemente, es una locura. Pero además, el mecanismo que propone el municipio implica que sólo quienes puedan pagar tendrán agua potable. Los jubilados y los carenciados, por ejemplo, deben seguir envenenándose. Un disparate.
En todo caso, debería financiar la obra el municipio y arreglar después con AySA. La Municipalidad no puede pretender que los vecinos se ocupen por su cuenta de esa gestión compleja. Nuevamente, la Municipalidad de San Isidro es el Estado y el Estado existe para gestionar el bien común, no para desentenderse.  Y teniendo en cuenta que el costo total de la obra es menor al costo de asfaltar 8 cuadras, lo cual implica menos del 0,5% del presupuesto municipal, es inconcebible que estemos en esta situación.
Con todo, nos alegra que el municipio finalmente se involucre y no seremos nosotros quienes obstruyamos su gestión. Quizás por este camino el ejecutivo municipal se comprometa cada vez más con la problemática hasta advertir el grave error de su postura. Pero no queremos ganar discusiones, queremos conseguir agua potable para 600 familias afectadas.
¿Hay un proyecto presentado en el Concejo Deliberante, que alcances tiene?
En el Concejo se presentaron tres proyectos relacionados al tema, dos pedidos de informes, uno de ellos por la Concejal Longo del FAP y el otro por el presidente del bloque oficialista Carlos Castellano. Esos proyectos no hicieron foco en la solución del problema sino en cuestiones accesorias del conflicto. El proyecto que sí avanza sobre la solución concreta y definitiva se debe al Concejal Leandro Martín del Frente para la Victoria, que pide al Ejecutivo municipal que incorpore la partida presupuestaria necesaria para realizar la obra, financiándola con los fondos del presupuesto 2013, que está pronto a debatirse.
¿El proyecto del Concejal Leandro Martín no se contrapone a la posición de la Municipalidad de San Isidro?
Claro que si. Por un lado el municipio sostiene que sólo puede hacer la obra trasladándole el costo a los vecinos. Por otro lado, el Concejal Martín sostiene y plantea que la obra debe pagarse con el presupuesto municipal. Así lo expusieron también los vecinos ante el Secretario de Gobierno, Dr. Ricardo Rivas, quien ha reconocido que se podría pagar la obra del presupuesto pero que eso marcaría una tendencia o sentaría un precedente peligroso porque otros vecinos de San Isidro reclamarían otras obras, que también deberían pagarse con presupuesto municipal. Según el funcionario, el municipio sólo recurre a su presupuesto para cuestiones que refieren a temas sensibles como salas de salud. Nuevamente, se demuestra la reticencia del municipio a tomar a su cargo la solución del problema; curioso criterio aplica el funcionario al considerar sensible una sala de atención médica y no así la provisión de agua potable para más de 2400 personas que, por consumir agua contaminada, necesitarán en el futuro de esa misma atención médica.
Por último, ¿cuál es el estado de la acción de amparo?
El expediente sigue su trámite. La jueza ha dispuesto recientemente designar un perito químico para que analice el agua de Villa Adelina y emita dictamen al respecto. No se conoce aún el nombre de ese perito. Nos parece una medida innecesaria, especialmente cuando todos los organismos involucrados se han expedido por escrito reconociendo que el agua del tanque de Villa Adelina no es apta para consumo humano. Esos mismos organismos insistieron en sus conclusiones técnicas al contestar la demanda de amparo. Es decir, estamos volviendo a probar algo que ya está demostrado de sobra. La Municipalidad tampoco coopera. De las ocho entidades demandadas en el amparo, sólo la Municipalidad de San Isidro obstruye el trámite oponiéndose a todas las presentaciones de los vecinos. Otra paradoja sin duda, el Estado municipal, que debe propender al bienestar de los vecinos, obstruye un reclamo cuya legitimidad reconoce. Por nuestra parte, seguiremos luchando para volver a poner las cosas en su lugar y ayudar a que la gente vuelva a confiar en las instituciones de la República.